Propósito del curso

El curso Neurociencia en la Adolescencia, tiene como propósito general que el estudiante analice los aportes que hacen las Neurociencias a los procesos de enseñanza y aprendizaje para facilitar la toma de decisiones en su desempeño personal y profesional. Lo anterior constituye la base teórica desde la cual el futuro docente podrá fundamentar la toma de decisiones al momento en que diseña situaciones didácticas innovadoras que lleven al desarrollo de competencias de la población que atiende, utilizando las aportaciones que hacen las neurociencias para explicar los procesos cognitivos, los intereses y necesidades formativas de la población adolescente que forma. 

Descripción general del curso

Las neurociencias contribuyen a comprender los procesos mentales que desarrolla el pensamiento, por ejemplo, cómo percibimos, actuamos, aprendemos y recordamos. Lo que nos lleva a preguntar: ¿los procesos mentales se localizan en alguna región del cerebro?, ¿la conducta se hereda?, ¿el cerebro trabaja igual en cada individuo?, ¿cómo aprendemos?, ¿por qué las emociones tienen un papel importante en la educación?, ¿cuál es el rol del profesor para ayudar a consolidar comportamientos emocionales asertivos?, ¿cómo intervenir en el aprendizaje y desarrollo del lenguaje desde las neurociencias?

Para el estudiante normalista, conocer los aportes que las neurociencias hacen a los procesos formativos es de suma importancia, ya que tendrá, como futuro docente la responsabilidad de formar estudiantes adolescentes. A través de este curso el estudiante reconocerá que cualquier capacidad mental se concibe desde el desarrollo fisiológico y comprenderá cómo estas capacidades pueden favorecerse y moldearse a través de situaciones o ambientes educativos.

En el contexto escolar los estudiantes pueden potencializar las funciones cerebrales que movilizan, es a través de las diversas actividades que se generan conexiones neuronales que traerán nuevas posibilidades de aprendizaje. Cuantas más conexiones se promuevan en un aprendizaje, mejor recordamos y mientras conectemos más zonas del cerebro más eficiente será este; lo que significa que se debe buscar un aprendizaje transversal, multidisciplinario y contextualizado.

El cerebro está dotado para adquirir conocimientos y conceptos, pero sobre todo actitudes y aptitudes, lo que interesa es qué se hace con el conocimiento. La neurociencia destaca que cada cerebro es único y los docentes debemos reconocer las diferencias entre las capacidades mentales dentro del aula y entender que los alumnos siempre están en posibilidades de autorregular y mejorar sus procesos de aprendizaje.

Investigaciones recientes ofrecen algunas sugerencias para integrar los campos de las neurociencias a la educación. Se ha demostrado que las emociones son básicas para sobrevivir y que el cerebro almacena muy bien cualquier aprendizaje que lleve emociones.

Las emociones positivas tienen un papel muy importante en la educación, como lo es la alegría y la sorpresa, la primera tiene una peculiaridad, se transmite socialmente, no representa tensión y brinda confianza, esto favorece el desarrollo de nuevas neuronas y aumentan las conexiones sinápticas. La sorpresa, activa el tálamo que es el centro de la atención y la motivación. El cerebro es un órgano que procesa patrones; es la manera como se enfrenta al mundo que le rodea. Todo aquello que no forma parte de esos patrones se guarda de manera más profunda en el cerebro. De ahí que usar en clase elementos que rompan con la monotonía benefician su aprendizaje. Es de suma importancia que el profesor en formación comprenda que los aportes de las neurociencias deben tener un impacto en la planeación, pues deberá considerar situaciones de aprendizaje que busquen el mayor provecho de nuestro cerebro y que impliquen emociones como la alegría, confianza, sorpresa, atención y motivación, por ejemplo, a través del juego, la música, el arte y la actividad física.

Las neurociencias han permitido replantear lo que los científicos afirmaban sobre que el periodo crítico para el desarrollo del cerebro eran los primeros años de la niñez. Sin embargo, descubrimientos recientes refieren que ciertas regiones del cerebro experimentan un refinamiento durante la adolescencia, etapa de cambio en la que socialmente pasan de una mayor dependencia a fortalecer su autonomía. En la adolescencia se eliminan conexiones neuronales, es una etapa donde se lleva a cabo lo que se denomina la poda sináptica, estructuras decisivas se renuevan, unas áreas crecen, otras se reducen y otras se reorganizan, como consecuencia, la maduración está ligada al adelgazamiento de la materia gris y en paralelo al perfeccionamiento de las funciones cognitivas. Una consecuencia potencial de esta reestructuración del cerebro es la mayor necesidad de dormir. También es la etapa en que madura la capacidad de raciocinio y el control emocional; de aquí la relevancia del rol del docente para evitar validar comportamientos emocionales que no son provechosos para los adolescentes.

Partiendo que las neurociencias son el conjunto de disciplinas que estudian el sistema nervioso y las bases neurales que subyacen a la conducta, aprendizaje, emociones y procesos cognitivos, han llevado a las aulas y al contexto escolar diversas innovaciones para comprender mejor el cerebro adolescente como son:

· Detectar de manera temprana en los adolescentes conductas, emociones y procesos cognitivos que pongan en riesgo su integridad.

· Mejorar las propuestas de intervención pedagógica de enseñanza y planificar el uso de los recursos desde la perspectiva de las neurociencias que impacte en el lenguaje, la escritura, las matemáticas, la creatividad y otras destrezas y habilidades.

· Garantizar la comprensión del normalista sobre el comportamiento del adolescente con el propósito de que la educación en la escuela secundaria contribuya a la autorregulación y la toma de decisiones en la resolución de conflictos.

Todo lo anterior con el fin de optimar los contextos de aprendizaje dando respuestas a cuestiones de gran interés para los educadores.

Las neurociencias han demostrado la importancia de hacer del aprendizaje una experiencia positiva y agradable, en la que el docente busque propiciar ambientes de aprendizaje de los menos retadores a los más desafiantes, comprometiendo a los estudiantes con experiencias cada vez más complejas y creativas. En el trabajo docente cotidiano han existido actividades didácticas no pertinentes para el desarrollo cognitivo de los adolescentes, que les dificultan la atención sostenida; por ello se recomienda utilizar propuestas de intervención pedagógica significativas que fomenten la creatividad y permitan a los alumnos participar en los procesos de aprendizaje, debido a que las conexiones neuronales se potencian en ambientes de enseñanza desafiantes y que generen sorpresa.

Por tanto, los docentes en formación deben conocer de manera más amplia la relación entre cerebro y aprendizaje de tal forma que identifiquen la estructura del cerebro, es decir, cómo aprende, procesa, registra y evoca una información entre otros aspectos de la conducta y las emociones. La fuerte maleabilidad del cerebro en la etapa adolescente, permite la activación de zonas que provocan acciones de imitación, empatía, resiliencia, aprendizaje por observación, interacción, el desarrollo del lenguaje y la comunicación.

Las neuronas vinculadas a la vida social son las neuronas espejo, ubicadas principalmente en una zona situada en la parte frontal del hemisferio izquierdo (área de Broca), en la adolescencia juegan un papel importante en la imitación de las reacciones de quienes nos rodean, estas neuronas en particular configuran la experiencia al estar conectadas con el sistema límbico. Durante el proceso de enseñanza y aprendizaje, estas células hacen posible que “empaticemos” con los contenidos, habilidades y destrezas que vamos asimilando. Estudios han demostrado que los docentes que son capaces de dotar sus enseñanzas con cierta carga emocional, provocan una mayor activación de las neuronas espejo; el trabajo cooperativo produce también una mayor activación de éstas permitiendo obtener un mejor resultado en cuanto a la implicación del estudiante en su aprendizaje.

El curso Neurociencia en la adolescencia, busca reconocer el potencial mental del propio profesor en formación, promover una educación cada vez más personalizada en tanto se apliquen en las aulas sus aportes científicos, al tiempo que permiten dar mayor atención a las actitudes y comportamientos, avanzando en la comprensión sobre la forma en que aprendemos y enseñamos.

Este curso se ubica en el cuarto semestre del trayecto formativo de Bases teórico metodológicas para la enseñanza y el aprendizaje tiene un valor de 4.5 créditos, que son abordados en cuatro horas/semana/mes. Está integrado por tres unidades de aprendizaje: 1- Fundamentos científicos y teóricos de las Neurociencias, 2- Implicaciones de las neurociencias en el aprendizaje del adolescente y, 3- Neurociencias, aportes para la intervención docente en el aula.

Competencias del perfil de egreso a las que contribuye el curso

Competencias genéricas

 Soluciona problemas y toma decisiones utilizando su pensamiento crítico y creativo.

 Aprende de manera autónoma y muestra iniciativa para autorregularse y fortalecer su desarrollo personal.

 Colabora con diversos actores para generar proyectos innovadores de impacto social y educativo.

 Utiliza las tecnologías de la información y la comunicación de manera crítica.

 Aplica sus habilidades lingüísticas y comunicativas en diversos contextos. 

Competencias profesionales

Gestiona ambientes de aprendizaje colaborativos e inclusivos para propiciar el desarrollo integral de los estudiantes.

 Emplea los estilos de aprendizaje y las características de sus estudiantes para generar un clima de participación e inclusión.

Actúa con valores y principios cívicos, éticos y legales inherentes a su responsabilidad social y su labor profesional con una perspectiva intercultural y humanista.

 Sustenta su labor profesional en principios y valores humanistas que fomenten dignidad, autonomía, libertad, igualdad, solidaridad y bien común, entre otros.

Competencias disciplinares

Utiliza la competencia comunicativa para organizar el pensamiento, comprender y producir discursos orales y escritos propios de las distintas prácticas sociales del lenguaje.

 Comprende discursos orales y escritos; valora y jerarquiza la información de diversos acervos impresos y digitales para elaborar producciones propias.

 Emplea el lenguaje de manera adecuada, coherente, cohesionada, eficiente y de forma crítica y propositiva en las distintas situaciones comunicativas.